El 2018 en diez momentos.

Nuestra vida se ha vuelto tan frenética que solo plataformas como Twitter o Instagram nos permiten mantener registros online y en real-time del acelerado mundo en que nos movemos. A lo largo de este año, como ya es habitual, pasaron tantas cosas que la mayoría de las veces ni siquiera tuve tiempo de procesarlas a fondo ni de compartirlas en este blog. El 2018 fue un año de cierre de varios proyectos que me acompañaban desde el 2014 (aunque más que de «cierre», se debería hablar de «mutación»: los proyectos, más que terminar, entran en otra fase) y de comienzo de otras aventuras. Fue un año donde escribí más de lo que leí, y tuve la suerte de viajar a países en los que nunca había estado. De fútbol, mejor no hablar.

Como ya dije en otros post similares en años anteriores, este es un post personal con mucho autobombo, solo recomendado para amantes de los chistes de argentinos.

1. Leyes de la Interfaz

EL 2018 comenzó con la publicación de Las Leyes de la Interfaz, un volumen donde resumo más de dos décadas de trabajo en el ámbito del diseño y análisis de las interfaces. El principal objetivo del libro es llevar el concepto de /interfaz/ mucho más allá de la “interfaz de usuario” y utilizarlo para explorar todo tipo de procesos tecnológicos y sociales. La acogida del volumen ha sido inmejorable. A lo largo del año he presentado Las Leyes de la Interfaz en Barcelona, Buenos Aires, Mumbai, Hong Kong, Guadalajara, Guayaquil y Olavarría entre otras ciudades. Muchos colegas -desde Alejandro Piscitelli hasta Genís Roca, pasando por Rossanna Reguillo, Guillermo Orozco, Raúl Trejo, Carles Pont, José Luis Fernández, Sandra Valdettaro y Cristina Ribas– se han sumando generosamente a estas presentaciones.

En este momento estoy terminando una síntesis del libro en inglés y un documento muy simple que se titula «¿Cómo analizar una interfaz?». El objetivo de este segundo texto es proponer un método para estudiar las interfaces inspirado en los patterns emergentes que forman Las Leyes de la Interfaz. En breve compartiré estos dos textos complementarios en este blog.

2. Transmedia Literacy

En abril del 2015 comenzó el proyecto Transmedia Literacy. Financiado por el programa H2020 de la Unión Europea, esta iniciativa desplegó un ambicioso estudio en 8 países (España, Italia, Portugal, Reino Unido, Finlandia, Colombia, Uruguay y Australia). ¿El objetivo? Nos interesaba saber qué están haciendo los jóvenes con los medios fuera de la escuela y cómo aprendieron a hacerlo. De manera paralela, el proyecto Transalfabetismos amplió este estudio en cinco comunidades españolas (Valencia, Galicia, Madrid, Andalucía y Cataluña). Ambos proyectos culminaron en 2018 con eventos internacionales organizados en la Universitat Pompeu Fabra – Barcelona y una interminable serie de publicaciones en cinco idiomas. En un post triple conté los resultados principales del proyecto internacional (Transmedia Literacy: ¿Qué hacen los jóvenes con los medios?).

Coordinar dos proyectos de esta envergadura, donde participaron más de 60 investigadores, fue un desafío y un proceso de aprendizaje continuo imposible de realizar sin un equipo de trabajo impresionante como el que hemos construido en la UPF. Además de los libros y otras publicaciones científicas, en ambos proyectos se diseñaron dos portales destinados a los profesores de la escuela secundaria:

  • El Teacher’s Kit (proyecto Transmedia Literacy) contiene más de 80 actividades didácticas en cinco idiomas para explotar dentro del aula las competencias transmedia que los adolescentes han desarrollado fuera de la escuela. Más información en la web del proyecto H2020 Transmedia Literacy
  • El Kit del Profesor (proyecto Alfabetismo Transmedia) incluye más de 40 actividades diseñadas especialmente para los programas de estudio de la escuela secundaria en España. Más información en la web del proyecto Alfabetismo Transmedia.

Los resultados científicos de estos proyectos se están diseminando por muchos países gracias a la actividad de los partners que han participado en las investigaciones; en mi caso, he presentado los resultados en España, Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador, México, Estados Unidos y Hong Kong.

3. El ecosistema móvil

Mi participación en el Mobile World Congress en calidad de invitado por el Key Opinion Leaders Program de Huawei me permitió sumergirme en el increíble ecosistema de la comunicación móvil y tomar contacto con lo que ahí se está cocinado. Todos los expertos internacionales con los cuales estuve conversando en esos días coincidían en un punto: la gente no tiene idea de la transformación tecnológica que se nos viene encima (Ver mis posts Do androids dream of electric cows? La evolución de las interfaces móviles y La evolución de las interfaces móviles: el ecosistema chino).

Otro momento clave de esta geografía cognitiva fue mi visita a los headquarters de Huawei en Shenzhen en el mes de octubre. Poder estar en una de las ciudades-clave del ecosistema tecnológico y conversar con profesionales provenientes de todo el mundo fue una experiencia muy enriquecedora. Comprender como se están moviendo los grandes actores (no sólo las corporaciones, sino los entornos urbanos que atraen talento y tecnología) resulta fundamental para entender hacia dónde va el mundo y qué podemos hacer para intervenir en esos procesos. Como escribí en uno de los posts antes citados

No es necesario ser un experto en economía global o historia de las civilizaciones para descubrir que el eje de nuestro planeta se está moviendo de Oeste a Este.La hegemonía del pensamiento occidental, su primacía tecnológica y la expansión del capitalismo europeo desde el siglo XV ha marcado el ritmo de los cambios mundiales. Ahora eso se acaba. (…) Más que en las nuevas hegemonías nacionales, quizá haya que prestar mayor atención a los nuevos núcleos urbanos (Singapur, Gurgaon, Hong Kong, Shangai, Shenzhen, Beijing, Guangzhou, etc.). Es ahí, en estas megalópolis que crecen a ritmos muy acelerados, donde el turbocapitalismo encuentra su más clara expresión. A través de sus empresas y universidades atraen talento de todo el mundo y generan infraestructuras muy sofisticadas capaces de gestionar los flujos de capitales, datos, bienes y personas.

Además de mi visita a Shenzhen, mi año «mobile» se cerró en noviembre en dos eventos complementarios: el Huawei European Innovation Day y el Huawei Eco-Connect Europe 2018. Entre las muchas intervenciones de esos días, me interesó especialmente la de Michael Frank, director de desarrollo e ingeniería de Leica Camera AG, quien destacó la convergencia de dispositivos (las cámaras fotográficas de Leica con los smartphones de Huawei) tanto en un plano tecnológico como simbólico (ver el post Convergencia de interfaces y co-branding: el caso Huawei-Leica).

4. Doctorado en Comunicación

El próximo mes se cumplirán diez años de mi primera clase en la Universitat Pompeu Fabra, la institución que ha sabido crear el mejor entorno académico y científico donde me ha tocado trabajar a lo largo de mi vida profesional. A pesar de la crisis económica y los recortes presupuestarios, la investigación en el Departamento de Comunicación sigue expandiéndose de manera continua a través de proyectos, intercambios y publicaciones internacionales.

Desde finales de febrero coordino el Programa de Doctorado del Departamento de Comunicación, donde estamos llevando adelante una serie de cambios para consolidar una comunidad científica de excelencia y formar a la futura generación de investigadores de la comunicación. Entre otros objetivos nos interesa explorar nuevos formatos de tesis doctorales, personalizar al máximo la formación de los investigadores y crear un entorno científico abierto, creativo y crítico. La «Setmana de la Investigació» que organizamos por primera vez en diciembre es un evento destinado a mostrar la actividad de los 10 grupos y unidades de investigación que tenemos en el Departamento. Por si les interesa, en enero se abre el proceso de admisión para entrar en el ciclo de Doctorado que comenzará en octubre de 2019.

5. Oriente

No solo el mundo mira hacia Oriente: también mis viajes este año apuntaron hacia el Este. En diferentes momentos del año viajé a la India, China y Hong Kong, sin olvidar mi primera visita a la República Oriental del Uruguay (así es: nunca había ido a Uruguay). El shock de pasar en pocas horas de Mumbai -donde participé en Semiofest 2018, el evento más fresco, creativo y abierto del mundo de la semiótica– a Hong Kong es solo una de las sensaciones que me quedan de esta incursión en Oriente. En dos posts resumí estas percepciones y reflexiones (Apuntes de viaje entre Oriente y Occidente I y II).

Mi experiencia oriental ha sido tan interesante que espero volver en el 2019.

6. Food for Thought

Viajar implica disfrutar nuevas gastronomías, interactuar con gente muy diversa o tener contacto directo con expresiones culturales o artísticas que nunca olvidaremos. Las exposiciones de Alberto Giacometti en el Guggenheim de NYC (ahora en la sede de Bilbao), la de David Wojnarowicz en el Whitney o la Oscar Masotta en el MACBA, las maravillosas miniaturas y esculturas del Museo Chhatrapati Shivaji Maharaj Vastu Sangrahalaya en Mumbai, las figuras de cera del cuerpo humano en el Museo La Specola en Florencia, la visita al cementerio judío de Praga o el regreso después de dos décadas a la basílica de San Francisco de Asís y al renovado Museo Egipcio en Torino fueron especialmente inspiradoras.

7. Diez años de Hipermediaciones (y 10 en Twitter)

En octubre del 2018 se cumplieron 10 años de la publicación de mi libro Hipermediaciones. Elementos para una teoría de la comunicación digital interactiva (Gedisa, 2008). En ese volumen, donde propuse un mapeo de las conversaciones teóricas sobre los «nuevos» medios digitales interactivos con un ojo puesto en la tradición latinoamericana (Jesús Martín-Barbero, Néstor García Canclini, etc.) y otro en los teóricos de las ciberculturas, introduje dos temas que me ocuparon en la última década: las narrativas transmedia y la construcción de un modelo eco-evolutivo del cambio mediático. Si bien creo que nunca escribiré una versión «actualizada y revisada» de ese volumen (prefiero trabajar en nuevos textos), durante una charla en la Universidad Austral de Buenos Aires imaginé como sería Hipermediaciones 2.0 (ver el post 10 años de Hipermediaciones).

También en estos días se cumplen 10 años de mi desembarco en Twitter. De todas las redes sociales donde participo, sin duda Twitter es la que me brinda mejores informaciones y mayores satisfacciones. A pensar de estar siempre al borde de la bancarrota y tener un crecimiento muy bajo, sigue siendo el ámbito más rápido y funcional para informarse sobre lo que está pasando en los ámbitos científicos, sociales y políticos que me interesan.Twitter, además, es una de las pocas redes que todavía escapa a la atracción monopólica de las corporaciones GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon). De todas maneras, no sabría decir en qué redes me encontrarán de aquí a un año. La ecología mediática nos tiene acostumbrados a los movimientos migratorios: cuando un ámbito de comunicación/interacción no satisface plenamente nuestras necesidades, los usuarios no dudamos en hacer las maletas e irnos a otras plataformas.

8. Textualidades

Como dije más arriba, antes que escribir Hipermediaciones 2.0 prefiero trabajar en otros textos. Este año, además de las publicaciones del proyecto Transmedia Literacy – como el libro colectivo Adolescentes, medios de comunicación y culturas colaborativas. Aprovechado las competencias transmedia de los jóvenes en el aula o el White Paper Alfabetismo transmedia en la nueva ecología de los medios publiqué varios capítulos en obras coordinadas por colegas de varios países:

  • “Media Evolution” en el libro Mediated Communication editado por Philip Napoli. En este capítulo avanzo otro poco en la definición de una teoría evolutiva de los medios y repaso las contribuciones de varios autores -como el mismo Napoli- que se mueven en la misma sintonía.
  • “The Entire Evolution of Media: A Media Ecological Approach to Black Mirror” en el libro Black Mirror and Critical Media Theory editado por Angela M. Cirucci y Barry Vacker. En este texto analizo la serie de Charlie Brooker desde la perspectiva de las leyes de los medios de McLuhan, especialmente la ley conocida como “reversal“. Este capítulo expande y profundiza un análisis que comencé en el volumen Black Mirror. Porvenir y tecnología editado por Jorge Martínez-Lucena y Javier Barraycoa.
  • “Transmedia Literacy: Rethinking Media Literacy in the New Media Ecology” es mi aporte al mega-volumen editado por Renira Rampazzo Gambarato y Matthew Freeman The Routledge Companion to Transmedia Studies. Este volumen será sin dudas la referencia en los estudios sobre narrativas transmedia en la próxima década.

A estos capítulos se suman varios artículos en revistas indexadas (publish or perish), entre los cuales me gustaría destacar «A Latin American Approach to Mediatization: Specificities and Contributions to a Global Discussion About How the Media Shape Contemporary Societies» que publicamos con Mon Rodríguez-Amat en Communication Theory, el cual ha generado un volumen colectivo del cual hablaré en el próximo punto.

Obviamente, no hay escritura sin lectura… este año, como dije más arriba, escribí más de lo que leí. Estoy rodeado de pilas de volúmenes que espero procesar en los próximos meses.

9. Libros en marcha

En los próximos meses saldrá en la colección de Diálogos de Gedisa la conversación que mantuvimos con Roger Chartier en Barcelona el pasado mes de octubre. Durante casi cuatro horas hablamos de libros, lecturas, interfaces de lecto-escritura y transformaciones del ecosistema editorial. Poder charlar face-to-face con Chartier, un autor al que leo desde hace más de 25 años, fue un momento inolvidable y una experiencia de aprendizaje irrepetible.

En el 2019 también se publicará Media Evolution, el volumen que diseñó Fernando Rapa y en el cual trabajamos a lo largo de todo el año. Fernando, un diseñador impresionante con el cual sintonizamos desde la primera página, fue el socio ideal para llevar adelante un libro-objeto de inspiración mcluhaniana que será publicado por el hiperactivo Guido Gindij en editorial La Marca. Cada página de Media Evolution es una explosión de conceptos, ideas y reflexiones teóricas sobre las mutaciones del ecosistema mediático.

Entre 2019-2020 también deberían salir un libro dedicado a los contenidos textuales breves, un volumen colectivo en inglés y castellano que coordinamos con José Luis Fernández y Mon Rodríguez-Amat sobre las teorías de las mediatizaciones en América Latina y Europa y… una ficción. De todas estas publicaciones ya iré avisando en este blog.
10. Conversaciones

Me preocupa el apocalipticismo que emana de los discursos sobre las redes sociales y las transformaciones digitales que estamos viviendo. La que hasta hace un par de lustros era considerada como la más grande transformación de la humanidad desde Gutenberg, ahora parece una plaga bíblica que arrasará con la vida inteligente sobre la TierraBienvenid@s al malestar en la cibercultura. En breve: las redes digitales no son (nunca fueron) el paraíso soñado en los años 1990 ni el infierno presentado en Black Mirror. Los discursos apocalípticos se anulan cuando los confrontamos con la banalidad de los relatos que apuestan por el solucionismo tecnológico. Es un juego de suma cero. Por suerte, el mundo es mucho más complejo y debemos hacer un esfuerzo extraordinario para comprender los cambios que se están dando.

Tengo la convicción de que estos discursos catastrofistas se repiten periódicamente cada vez que emerge un nuevo medio en la ecología de la comunicación. Espero dedicar un poco de tiempo en el 2019 para trabajar estos malestares contemporáneos, sin dejar de lado otras obsesiones como la consolidación de una teoría eco-evolutiva del cambio socio-mediático o la experimentación con otros formatos narrativos que vayan más allá de las formas clásicas de difusión del conocimiento científico. Entre otras cosas.
Por diferentes motivos, en todos los países donde he vivido (Argentina, Italia, España) la situación no pinta bien y mis colegas más cercanos están muy preocupados. El 2019 es un año que se perfila como mucho más conflictivo que el 2018 y se deberá hacer un esfuerzo enorme para no caer en simplicidades. La complejidad del mundo en que vivimos es enorme y nos exige una actividad interpretativa permanente, lo más refinada posible y no solo centrada en el «decir» sino también en el «escuchar».

Hasta aquí llegamos en este 2018, un año que se cierra a toda orquesta con el episodio Bandersnatch de Black Mirror, la serie televisiva que más ha contribuido a iluminar el dark side del mundo digital. Me despido esperando que pasen un feliz fin de año y dejándoles como recuerdo un jueguito inspirado en ese episodio que, en pocas horas, se ha convertido en un clásico de la televisión de la era del post-broadcasting:

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