Viene del post anterior
Sigo con esta breve reseña de las principales sorpresas y tendencias del Mobile World Congress, donde he participado como parte del programa de Key Opinion Leaders de Huawei (aquí mis reseñas de las ediciones 2017 y 2018). Como dije en la primera parte, en la edición 2019 del MWC todo parece confluir en la tecnología 5G. En esta segunda parte retomaré la cuestión de la inteligencia artificial y repasaré otros temas claves de un evento que siempre logra sorprendernos por sus dimensiones, variedad y capacidad para generar redes.
Las nuevas interfaces plegables
En esta edición del Mobile World Congress se habló hasta por los codos de las nuevas interfaces plegables. Dos modelos, uno presentado por Huawei (Mate X) y otro por Samsung (Galaxy Fold), concentraron la atención de los visitantes y los medios de comunicación. Lamentablemente nos quedamos con las ganas de tocarlos ya que se exhibieron detrás de sendas cajas de cristal, como si fueran obras de arte en un museo. Habrá que esperar algunos meses para poder jugar con estos smartphones que, además de las pantallas, cuentan con prestaciones superiores en todas las categorías.
La impresión general es que el futuro de estos dispositivos dependerá mucho de las aplicaciones que sepan aprovechar las ventajas de una pantalla casi cuadrada. Como he escrito en otros posts de este blog, creo que los dispositivos móviles han alcanzado un grado de desarrollo evolutivo donde resulta cada vez más difícil introducir innovaciones radicales: los cambios, en todo caso, son incrementales (mejor calidad de imagen, mayor capacidad de memoria, más velocidad, etc.). En este contexto, las interfaces plegables pueden llegar a consolidarse en ciertos nichos profesionales pero difícilmente serán productos mainstream (no olvidemos que cuestan alrededor de 2.000 euros).
Para terminar estas reflexiones sobre los nuevos smartphones, no puedo dejar de mencionar la existencia de dispositivos con pantallas ultra-widescreen en formato 21:9, un tipo de representación que ha tenido cada vez mayor difusión no tanto en las pantallas televisivas sino en ordenadores de mesa (sobre todo para videojuegos). Habrá que tener este formato en observación: a lo mejor el gran golpe comercial vendrá por el lado de estas pantallas y no por el de los dispositivos plegables.
Reconocimiento facial
Nos guste o no, el reconocimiento facial llegó para quedarse. Ya lo tenemos instalado en los controles aeroportuarios e incluso funcionó al ingreso del Mobile World Congress (era un servicio opcional para evitar mostrar el documento de identidad cada vez que se ingresaba en el evento). Varias empresas se están posicionando en un mercado que, sin dudas, irá in crescendo en los próximos años. El sistema que aparece en la foto superior permitía captar la cara de todas las personas que pasaban por el corredor central el Pabellón 1. Como se puede observar, el sistema identificaba el sexo, la franja de edad y el sentimiento. En cuatro días pasaron casi 40.000 visitantes frente a esta cámara y los porcentajes están casi alineados con los difundidos por los organizadores al finalizar el evento. Por ejemplo, el sistema de reconocimiento facial reconoció un 19% de mujeres mientras que la participación real, según los datos de GSMA, fue del 23%.
¿Y los drones?
A diferencia de los años anteriores, este año había muy pocos stands dedicados a los drones. Salvo un par de megadrones con funciones de taxi y los pequeños aparatos voladores para control forestal o de instalaciones externas, no capté un especial interés por estos artefactos. De todas maneras, el mercado de los drones, lejos de los reflectores, crece sin prisa pero sin pausa. Por ejemplo, en el pabellón 8.1 había un stand donde estaban representadas las empresas catalanas dedicadas a este sector. Es probable que el MWC, debido a los altos costes de participación, no sea el mejor evento para un mercado donde los actores principales suelen ser pequeñas y medianas empresas.
Twin Worlds: interfaces enactivas
Huawei está trabajando un concepto muy sugerente: la construcción de «twins» digitales. Lo resumo: se trata de construir entornos digitales para visualizar sistema complejos y monitorear en tiempo real lo que está pasando. Imaginemos una ciudad con millones de habitantes, cientos de miles de vehículos en sus calles e infinidad de fluidos (agua, electricidad, información, etc.) circulando por sus redes de distribución. ¿Cómo tener una visión global de ese sistema? ¿Cómo saber cuándo algo no funciona? Por medio de una mega pantalla de varios metros de extensión que se convierte en un «twin» de la ciudad real. El sistema permite que diferentes instituciones -por ejemplo los bomberos, hospitales o servicios de tráfico- tengan representaciones específicas para sus áreas de intervención. Por otra parte, como ya mencioné en la primera parte del post, estos sistemas se basan en la combinación entre sensores, cámaras, tecnología 5G e inteligencia artificial. Esto permite la predicción de posibles caídas del sistema y, en consecuencia, tomar medidas preventivas.
Una reflexión teórica. Hace 15 años presenté en un congreso sobre interacción-persona ordenador una comunicación sobre los regímenes de visualización. En este texto se definía como «régimen de visualización enactivo» a las interfaces de usuario que representan un sistema y, al mismo tiempo, permiten cambiar su estado. ¿Un ejemplo? La interfaz de un reproductor audiovisual. Esta interfaz nos indica en qué fotograma se encuentra el vídeo y, al mismo tiempo, nos permite avanzar o retroceder la reproducción moviendo el dispositivo hacia la izquierda o la derecha. Las dos dimensiones (el representar y el hacer) están presentes en la misma interfaz de usuario. Ahora bien, los sistemas «twin» van en la misma dirección: ellos nos permiten tener una representación de un sistema complejo y poder cambiar su estado desde un mismo ámbito de interacción.
La nueva guerra geotecnopolítica
Desde ya pido perdón por la inflación de prefijos, pero es así: estamos en medio de un conflicto geopolítico que se juega también en el plano tecnológico. Como ya escribí en este blog hace unos pocos meses
No es necesario ser un experto en economía global o historia de las civilizaciones para descubrir que el eje de nuestro planeta se está moviendo de Oeste a Este.La hegemonía del pensamiento occidental, su primacía tecnológica y la expansión del capitalismo europeo desde el siglo XV ha marcado el ritmo de los cambios mundiales. Ahora eso se acaba. En la segunda mitad del siglo XX, mientras China comenzaba a salir de su encierro, Japón se lamía las heridas de la guerra y la India lidiaba con su independencia, comenzó a gestarse un proceso que está derivando en el actual desplazamiento de Oeste a Este (ver mapa interactivo de este cambio).
En este momento varias empresas chinas, entre ellas Huawei, mantienen una ligera ventaja tecnológica respecto a las grandes corporaciones estadounidenses y europeas en campos estratégicos como el 5G y la inteligencia artificial. Es en este contexto que deben interpretarse los conflictos, acusaciones, presiones y declaraciones de los últimos meses. Si bien hasta ahora Huawei mantenía un perfil más bien bajo, su estrategia está cambiando y está entrando de lleno en el debate. Durante su keynote en el Mobile World Congress el CEO rotativo de Huawei, Guo Ping, defendió a su empresa…
«There has never been more interest in Huawei, we must be doing something right… We don’t do bad things. Huawei has not and will never plant back doors and we will never allow anyone to do so in our equipment. We take this responsibility very seriously»
… y no dudó en tirarle un par de dardos a Donald Trump…
«Prism, Prism on the wall, who is the most trustworthy of them all?»
… haciendo referencia al sistema de espionaje denunciado en su momento por Edward Snowden.
Muchas empresas, incluso las competidoras directas de Huawei en Europa como Ericsson o Nokia, que también ofrecen tecnologías para las nuevas infraestructuras de comunicación, ven con preocupación la injerencia del gobierno de los Estados Unidos en el mercado. La exclusión de cualquier actor tecnológico implicaría pérdidas millonarias en infraestructuras ya instaladas y el temor a ser el siguiente en la lista.
El conflicto por la hegemonía global recién comienza y veremos muchos más episodios como este que acabo de describir (les recomiendo esta entrevista a Josep Piqué esta semana en La Vanguardia o el dossier publicado el año pasado). Como explica Ramón Aymerich
China no hace nada diferente de lo que hicieron los estadounidenses en las primeras décadas del siglo XX, cuando un poder en declive (entonces el imperio británico) se estancó y libró una guerra sin cuartel con el poder emergente, el imperio alemán. Aquella pugna puso fin al primer gran periodo de globalización. Y trajo la guerra.
Esperemos que en esta ocasión la historia se repita solo como guerra comercial.
El 90%
En una de las conferencias a las que asistí se dejó caer el siguiente dato: la industria solo está utilizando el 10% de los datos que genera. Queda un largo camino por delante para lograr recuperar, procesar y explotar esos datos. Más allá de los temores reales sobre la manipulación de los datos personales y su uso para el control social, la (mal) llamada 4º Revolución Industrial ofrece unas buenas perspectivas para relanzar la economía bajo nuevos criterios de eficiencia y sostenibilidad. La combinación entre 5G e inteligencia artificial, por ejemplo, nos permitiría monitorear el medio ambiente en tiempo real y operar de manera inmediata para frenar los procesos que están modificando el entorno natural del Homo sapiens.
¿Seremos capaces de utilizar estas fascinantes tecnologías en beneficio de la sociedad y el planeta? Como decía Alan Kay, «la mejor forma de predecir el futuro es inventarlo».
Bonus tracks
- Huawei Goes on Offense in the Battle for Hearts and Minds
- Huawei puts US on the stand over ban
- Vodafone UK faces huge bill if authorities ban Huawei
- China’s Huawei has big ambitions to weaken the US grip on AI leadership
- Claves para entender por qué EE. UU. teme que Huawei domine el 5G
- The real reason America is scared of Huawei: internet-connected everything
- “Made in China 2025” o la vuelta de la Gran China
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