La vita è mobile. Tendencias y apuntes del #MWC2019 (I).

Por tercer año consecutivo he tenido la oportunidad de participar en el Mobile World Congress formando parte del programa de Key Opinion Leaders de Huawei (aquí mis reseñas de las ediciones 2017 y 2018). A diferencia de los años anteriores, cuando todas las tecnologías, desde la internet de la cosas hasta la inteligencia artificial, los drones y la realidad aumentada, parecían abrirse en abanico y seguir un movimiento centrífugo, ahora la tendencia se invirtió y se pudo claramente visualizar un movimiento centrípeto de convergencia: hoy todo confluye en el 5G.

5G

El 5G, una tecnología que permitirá una transferencia de datos en los dispositivos móviles a partir de 400Mbps (Megabits por segundo), es la linfa vital que conectará y permitirá el intercambio de informaciones entre millones de dispositivos, no sólo los smartphones. Varias empresas europeas y estadounidenses se están disputando la primacía de esta tecnología, por ejemplo Nokia, Ericsson, Qualcomm o Verizon. Pero la voz cantante viene de oriente, donde empresas como Huawei están marcando el paso al resto de los actores tecno-económicos.

Durante el Mobile World Congress 2019 se presentaron dos experiencias de transmisión 5G situadas en Barcelona, una ciudad que se está posicionando como pionera en la experimentación y adopción de esta tecnología. La dupla Erickson/Telefónica presentó un sistema de vídeo inmersivo a 360º en el estadio  del Barcelona FB; tuve la ocasión de probarlo y la sensación era de encontrarme parado junto al campo de juego. En cierto momento comenzaron a salir los jugadores del túnel para comenzar la jornada de entrenamiento… !todo en tiempo real!

Huawei/Vodafone, por su parte, colocaron una serie de antenas 5G en la zona céntrica de Barcelona, rodeando Plaça Catalunya, con transmisión en vivo desde cámaras aéreas y un vehículo circulando permanentemente para controlar la transferencia de datos. Como ya expliqué en mi post del año pasado, el concepto clave es «latencia«: se trata de reducir al mínimo el «tiempo de espera» para, de esa manera, poder gestionar desde una transmisión audiovisual en alta definición hasta los recorridos de un coche sin conductor o las interacciones de millones de dispositivos conectados en red. Durante esta experiencia se alcanzaron picos de 1,7Gbps y un promedio de transmisión de 800Mbps.

La tecnología 5G comenzará a difundirse masivamente a partir del 2020 y GSMA calcula que alcanzará a 1.300 millones de usuarios en 2025 (cobertura del 40% de la red). En esta quinta generación se multiplicará por 10 la capacidad de transmisión de datos y por 100 la cantidad de dispositivos conectados a las redes. Por otra parte, las experiencias audiovisuales interactivas también mejorarán a partir de la incorporación del 5G, por ejemplo la interacción durante eventos transmitidos en vivo o los videojuegos masivos en línea.

Pero no todo se reduce al 5G. Empresas como Huawei están trabajando activamente en la puesta a punto del Wifi 6, una tecnología que reducirá la latencia del WiFi actual unas cuatro veces, permitiendo desde videoconferencias 4K hasta el uso de dispositivos inmersivos. Para los que trabajamos en entornos WiFi buena parte del día -como en las universidades-, esta mayor conectividad nos permitirá ir más mucho más allá de los usos actuales.

Inteligencia artificial

Más allá de los temores inspirados en películas como 2001 o Terminator, las primeras aplicaciones de la inteligencia artificial se está expandiendo en infinidad de industrias y servicios. En el Mobile World Congress 2019 pude ver numerosos ejemplos que van desde la producción automovilística hasta la gestión urbana o la interacción con contenidos audiovisuales.

En el campo industrial, las aplicaciones de la IA son más que evidentes. Veamos un ejemplo:  un coche consta de más de 10.000 componentes ¿Cómo optimizar su integración en líneas de montaje cada vez más automatizadas? La inteligencia artificial permite que cada componente se encuentre en el lugar que le corresponde en el momento justo. Por otra parte, la IA, combinada con el 5G y las plataformas audiovisuales, inaugurará nuevas formas de interacción con esos contenidos. Un televidente podría solicitar al dispositivo de reproducción que seleccione las partes donde aparecen su actor preferido para volver a verlas, buscar una determinada escena u optimizar los sistemas de recomendación de contenidos.

Participar en el Key Opinion Leaders Program de Huawei  me permite asistir a presentaciones, tener contacto directo con los ingenieros y conocer tecnologías que tardarán un tiempo en llegar al mercado, desde nuevas unidades de memoria que en pocos centímetros cuadrados encierran varios Petabytes de información (para que se hagan una idea: todos los textos escritos a lo largo de la historia de la humanidad suman alrededor de 50 Petabytes) hasta plaquetas de microchips con la capacidad de cálculo de 900 laptops de gama alta. Todos estos componentes de memoria o procesamiento de datos se pueden posicionar fácilmente en racks, uno a continuación de otro, hasta alcanzar rendimientos casi inimaginables.

Una tecnología que nos presentaron me llamó muchísimo la atención: Automatic Intelligence (AUTIN). La explico paso a paso: en los sistemas complejos (imaginen una red eléctrica con cientos de puntos de generación de energía, centrales de distribución y millones de consumidores) se suelen producir eventos catastróficos que, a partir de un pequeño cortocircuito, generan efectos de avalancha y afectan a buena parte de la red. Hasta ahora estábamos prácticamente obligados a sufrir de manera pasiva las consecuencias de estas caóticas avalanchas y, solo a posteriori y con mucho trabajo, se podían identificar los puntos donde se había generado el primer cortocircuito. Ahora bien, con la tecnología AUTIN, que combina la inteligencia artificial, el Big Data y la conectividad 5G, se podrá detectar inmediatamente dónde está la fuente que ha generado la caída del sistema e intervenir para frenar el efecto avalancha. Al terminar la explicación, le pregunté al responsable si podíamos hablar de una especie de reverse complexity: «Oh, yes», me dijo.

Por otra parte, la inteligencia artificial activa la llamada Intelligence Maintenance, la cual consiste en la predicción de posibles fallos de sistema y en la toma de medidas antes de que se produzcan. Los amantes del cine recordarán que la computadora HAL 9000 de 2001 comienza precisamente a manifestar sus primeros problemas al anunciar la futura ruptura de un dispositivo de comunicación («I‘ve just picked up a fault in the AE-35 unit. It is going to go 100 percent failure within 72 hours«). Bueno, estamos llegando a ese escenario: una máquina nos puede anticipar cuándo y donde un sistema complejo puede fallar. Esperemos que esta vez las máquinas digitales nos traten con más cariño. 

En la segunda parte de este post abordaré otro de los temas estrella del Mobile World Congress 2019: las interfaces plegables. Y también les contaré sobre la misteriosa desaparición de los drones y el conflicto geotecnopolítico (lo siento por la inflación de prefijos) que afecta a Huawei y otros grandes actores de la nueva ecología de la comunicación.

Sigue en la segunda parte

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