La evolución del libro (entrando en la galaxia post-gutenberg) (I).

Cada tanto alguien me pregunta qué pienso del futuro de la televisión. Mi respuesta es siempre la misma: no lo sé. No soy futurólogo ni tengo una bola de cristal. Sólo me atrevo a hacer algunas hipótesis a partir de lo que veo y de las evoluciones pasadas del ecosistema de medios. Si, en cambio, me preguntan sobre el futuro de la prensa, ahí tengo varias cosas para decir: todo me lleva a pensar que los diarios impresos dejarán de existir en poco tiempo. Las tendencias de las últimas décadas son inapelables. Hoy nos informamos de otra manera, a través de otros medios y plataformas. Pensar que en el siglo XXI las noticias nos deben llegar 12 o 24 horas más tarde impresas en papel es un anacronismo.

Hay otro objeto mediático cuyo futuro siempre está en discusión: el libro. En 2009 publicamos con Mario Carlón el libro «El fin de los medios masivos. El comienzo de un debate«. En este post quisiera retomar algunas ideas que incluí en mi capítulo de ese volumen –Mientras miro las viejas hojas. Una mirada semiótica sobre la muerte del libro– y actualizarlas en función de los cambios que se están produciendo en este sector de la mediasfera. Este post tiene dos partes: en la primera pasaremos revista a algunos informes y datos concretos sobre el mercado del libro en España, Estados Unidos y otros países; en la segunda, describiré algunas tendencias dignas de tener en cuenta en cualquier discusión sobre el futuro del libro.

Numbers
Según un estudio del Global eBook Research Australia, India, Reino Unido y los Estados Unidos son los países donde más rápido se está difundiendo los eBooks. Brasil y la India aparecen como los dos mercados donde más rápido crecerá la venta de libros electrónicos. En algunos países como España los eBooks están a disposición (el 26% de los 8.238 títulos registradosen marzo 2012 eran digitales) pero aparentemente pocos lectores están dispuesto a pagar por ellos…

En el diario El País apareció un resumen en castellano del informe:

«Un 13% de los internautas españoles ha pagado por contenidos para libros electrónicos, un 8% declara no saber que eso es posible y un 79% conoce perfectamente esa opción, pero todavía no ha desembolsado un céntimo (…) En los otros nueve países estudiados el porcentaje de usuarios que no han comprado todavía contenidos para ebook va del 60% de India al 81% de Francia.»

Los adultos entre 25 y 34 años aparecen como el sector más proclive a consumir textos electrónicos (en España baja de 18 a 24 años):

Otro informe difundido en estos días por Pew –The rise of e-reading– nos habla de un incremento en el consumo de eBooks en los Estados Unidos: un 21% de los adultos ha leído un libro electrónico a lo largo del último año. Este número se aumentó gracias a la explosión de los tablets y lectores digitales. Por otra parte, el estudio de Pew confirma que los lectores de eBooks son ávidos consumidores textuales: el lector medio de libros eletrónicos lee 24 volúmenes al año, el doble que los lectores tradicionales en papel. El 30% reconoce que lee más libros desde que utiliza el formato electrónico. Finalmente, Pew nos advierte que si bien el libro impreso sigue siendo hegemónico la tendencia a leer textos digitales crece a un buen ritmo.

¿Dónde se leen los libros electrónicos? Según Pew los lectores se distribuyen de la siguiente manera (algunos leen en varios dispositivos, por eso el total supera 100):
– 42% en computadora
– 41% en eBook readers (Kindles, Nooks)
– 29% smartphones
– 23% tablets

Otro dato interesante se vincula con los motivos para elegir el libro tradicional o el eBook:

El libro en papel sigue siendo el preferido para lecturas o intercambios sociales, mientras que el libro digital gana a la hora de tener acceso muchos textos, en situaciones de movilidad y o a la hora de «escanear» muchas páginas (lectura rápida). El informe de Pew es muy completo y recomendamos su lectura.

También en marzo la Association of American Publishers confirmó que se está produciendo un boom en la venta de eBooks infantiles en Estados Unidos. La venta de libros impresos para niños crecieron en un año casi un 70% pero en el caso de los libros electrónicos esa cifra alcanza el 475%. Según los autores del informe dos elementos confluyen en este incremento: la difusión de dispositivos de lectura entre los jóvenes (smartphones, tablets) y la publicación de obras muy exitosas.

¿Terminarán los eBooks por canibalizar el mercado del libro impreso? Algunos directivos creen que el mercado terminará estabilizándose entre los dos formatos: 50% papel / 50 % digital (ver el artículo E-Books vs. Print Books to Stabilize at 50%?). Sin embargo, me parece prematuro realizar este tipo de pronósticos dada la rápida evolución del mercado.

Respecto a España, la única verdad es que las ventas de libros impresos siguen cayendo. Un reciente informe del INE publicado en El País explica que «la tirada media es minúscula: 1.345 ejemplares (la ficción no es un consuelo: de una novela apenas se tiran tres centenares más hasta situarse en los 1.657 ejemplares de media). En 2011 la tirada media cayó en un 22% respecto al año anterior, una proporción similar al descenso en el número de ejemplares impresos (24% menos). En total se editaron 100 millones de ejemplares, un dato que se mire como se mire es negativo: es menos de la mitad de lo que se imprimió en 2002». Según un editor «publicamos como Alemania, vendemos como Zambia…»

Continúa en la segunda parte

Bonus tracks:
– Scolari, Carlos A. (2009) Mientras miro las viejas hojas. Una mirada semiótica sobre la muerte del libro. En Carlón, M. y Scolari, C.A. (eds.) El fin de los medios masivos. El comienzo de un debate. Buenos Aires: La Crujía (PDF)
Nuevos hábitos de lectura, escritura y publicación en la red (PDF)
The rise of e-reading (Informe Pew)
E-Books vs. Print Books to Stabilize at 50%?
Behind the Amazon.com smile (serie de artículos muy críticos del Seattle Times sobre Amazon)
– Infografía: La guerra de los libros en cifras: Papel vs eBook
El número de libros impresos se redujo el 24,4% en 2011, al nivel de hace 10 años (El País)

6 Comments

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  1. Perfecta la reflexión, mi amigo. Además, me acuerdo cuantas veces usted escuchó en Bogotá sobre el fin de la televisión (yo mismo creo que te pregunté, jeje). De verdad, hay un cambio muy intenso en la forma de vivir con los libros. Gutenberg ha creado algo que vivió por siglos (seguro que los libros de hoy no vivirán 10% de esto), pero llegó su nieto moderno, con pixels digitales y que ecológicamente correcto, además. Por fín, podemos sentir los cambios en editores. Siempre cuando se habla de un nuevo libro el editorial presenta la posibilidad de ebook. Nuestro libro sale en ebook (red Transmediaticos). El libro que estoy publicando con Jesús Flores por Fragua tendrá una versión ebook (que pena no tendremos creative commons por definición del editorial, que vive de ventas digitales, incluso). Los otros dos libros de mi autoría que fueron publicados por la Universidad La Laguna están en digital creative commons, es decir, el conocimiento en otro formato y en otro momento. Me gustó mucho el tema, la discusión y seguramente me ayudará mucho, además por los links de «libros» o parte de ellos en PDF al final. Hizo algunos downloads a partir de ahí. Abrazo fuerte y hasta el Media Ecology.

  2. Gracias por los aportes, Denis. Nos vemos en la conferencia MEA en junio!

  3. Hola, Carlos.

    Muy interesante y claro su artículo.

    Últimamente también me preguntan mucho acerca del del futuro del libro y de la prensa, es recurrente la pregunta: ¿Acabará el papel?
    Mi respuesta es siempre titubeante. Los datos, como usted mismo muestra, de los diferentes estudios manifiestan el crecimiento de la edición digital y el decrecimiento de la impresa, así como el crecimiento de lectores digitales y el descenso de los lectores en papel, sin embargo, me cuesta creer que la tendencia conduzca a la desaparición del papel. Confío (no soy adivina, ni gurú, puede calificarme de algo romántica) en que el cambio sea en el uso y la percepción del producto final: la edición impresa entendida para la lectura (slow) y el coleccionismo.
    Por otro lado, en mi caso, buena parte de la infoxicación la contrarresto con la lectura detenida del periódico en papel, así como de libros impresos.
    No obstante, mis especulaciones son solo especulaciones y los datos parecen decir otras cosas y el presente todavía tiene mucho que aportar al desarrollo de este debate.
    Continuo atenta a su blog y al tema!

    Un saludo,
    Elena Sorribas

  4. Gracias por los aportes! La segunda parte del post hablará precisamente del coleccionismo, el libro objeto y algunas tendencias interesantes en ese campo. El futuro periódico en papel es muy negro…

    • Hola, como historiador y coleccionista, el libro usado conserva su atractivo, sobre todo aquellos textos que han dejado de editarse y ni en e-book o usados se les consigue. Tal es el caso de las obras de José Juan Tablada y Amado Nervo, por mencionar dos autores importantes. La calle Donceles en la Ciudad de México, López Cotilla en Guadalajara y Telegraph Avenue en Berkeley, son sitios donde el libro usado conservan su clientela, aunque es de reconocerse que en los EEUU han desaparecido la mayoría de ellos y algunos han migrado a Internet. Estaré al pendiente a lo que tenga que decir al respecto. Saludos.

  5. Hola Carlos, muy interesante el artículo. Desde mi punto de vista, aquí vos analizás la lectura como un consumo y las tendencias en la forma de leer. Son muy buenos datos de base y se me ocurre que son relevantes principalmente para el mercado bibliogràfico. Yo estoy comenzando mi recorrido como docente en EVA y en Argentina, entonces me inclino fuertemente por la lectura electrónica y por la descarga gratuita de textos.

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