The Stack.

La interfaz

Después de analizar desde una perspectiva semiocognitiva diferentes experiencias interactivas, en las últimas páginas de mi libro Hacer Clic (Gedisa, 2004) dejé caer una idea:

El próximo paso consiste en extender esta lectura de las interfaces a la dimensión social de la interacción. Se trata, en otras palabras, de pasar del «plano molecular de las interfaces» (Lévy, 1992) a las concatenaciones sociotécnicas que en ellas se expresan, abandonando la dimensión micro de la interacción –representada por el usuario sentado frente a la pantalla interactiva– para entrar en el plano sociotécnico de las interfaces.

En pocas palabras, al final de Hacer Clic proponía escalar el concepto de «interfaz» a una dimensión mayor, pasando de lo micro a lo macro, para comenzar a analizar redes de actores humanos, tecnológicos, textuales o institucionales. El resultado de ese salto fue otro libro, Las leyes de la interfaz (Gedisa, 2018, 2021), donde presenté ese pasaje del «plano molecular de las interfaces» a la gran red sociotecnológica.

Las palabras no vienen solas. Siempre forman parte de galaxias semánticas, conjuntos de conceptos que se relacionan de manera íntima. Si hablamos de «semiosis», esa galaxia incluye conceptos como «enunciación», «discurso», «circulación» o «interpretación». En este caso, la «interfaz» siempre viene acompañada por «actores», «relaciones», «procesos», «redes», «ensamblaje», «evolución», «ecología» o «coevolución». Pero no debemos olvidar que estas galaxias conceptuales se relacionan con otras constelaciones semánticas con las cuales comparten muchas características (pero también mantienen diferencias). Veamos una de esas constelaciones semánticas que se ubica no muy lejos de la «galaxia interfaz».

The Stack

Un stack es un conjunto de cosas puestas una sobre otra. Una pila de cajas de pizza, ladrillos o discos duros es un stack. El concepto ha sido explorado, escalado y operativizado a nivel planetario por Benjamin Bratton en su opus magnum titulado, adivinen, The Stack. On Software and Sovereignty (MIT Press, 2015). Porque hay que decirlo con todas las letras: The Stack pretende ser una gran obra en el sentido alquímico del término, una «piedra filosofal» para comprender el universo tecnológico que nos rodea. Según Bratton 

This book is both technical and theoretical. It is unapologetically interdisciplinary in its perspective and its project; it is a work of political philosophy, and architectural theory, and software studies, and even science fiction. It draws links between technologies, places, processes, and cultures that may exist at different scales but which are also deeply interrelated.

The Stack dialoga con otras ambiciosas obras como Out Of Control. The New Biology Of Machines, Social Systems, And The Economic World de Kevin Kelly, uno de los ensayos más efervescentes publicados en la década de 1990. En pocas palabras… ¿qué propone Bratton? Si bien resulta imposible sintetizar un volumen de 500 páginas de alta densidad analítica y descriptiva, podemos adelantar que su propuesta es un modelo inspirado en el software:

One might even suspect a direct correlation between the end of theory and the rise of software (software being a form of technology that is linguistic as well as a form of language that is technological).

La idea de vincular el software a lo lingüístico (el software entendido como un «technological language«) acerca mucho a Bratton otro de mis autores de referencia: Robert K. Logan, quizás el discípulo que mejor (re)interpretó y (re)teorizó el legado de Marshall McLuhan. Libros como The Sixth Language: Learning a Living in the Internet Age ubican a Logan en la misma longitud de onda de Benjamin Bratton.  

El modelo del Stack se basa en seis niveles interdependientes: Earth, Cloud, City, Address, Interface y User. Cada uno de estos niveles

is considered on its own terms and as a dependent layer within a larger architecture, and each is drafted from the superimposed image of the geographic and computational machines we now inhabit and the ones we might yet make. Each layer is understood as a unique technology capable of generating its own kinds of integral accidents, which, perhaps counterintuitively, may ultimately bind that larger architecture into a more stable order.

Si bien se inspira en la software theory, los niveles del Stack no son simplemente computacionales:

As much as it is made from computational forms (multiplexed fiber-optic cables, data centers, databases, systems standards and protocols, urban-scale networks, embedded systems, universal addressing tables), The Stack is also composed of social, human, and concrete forces (energy sources, gestures, effects, self-interested maneuvers, dashboards, cities and streets, rooms and buildings, physical and virtual envelopes, empathies and enemies). These hard and soft systems intermingle and swap roles, some becoming relatively “harder” or “softer” according to seemingly arcane conditions.

Repasemos los diferentes niveles del stack.

Earth

En este nivel se ubica la base material del Stack.

The foundational layer within The Stack is the Earth itself.

Muy en sintonía con la geología de los medios de Jussi Parikka y otros planteos neomaterialistas, en este capítulo Bratton analiza el sustrato geológico del sistema computacional global y la geopolítica de los flujos de extracción, consumo y descarte de minerales y otros recursos naturales. Temas como la emergencia ambiental y la gobernanza ecológica se ubican en este nivel de análisis.

Cloud

Los átomos de silicio del nivel Earth toman la forma de una red global de servidores, bases de datos, fibras ópticas y conexiones inalábricas que aseguran un sistema de computación ubicuo a nivel planetario. Pero además…

the Cloud layer is also a geopolitical machine, erasing some geographies and producing others, forming and destabilizing territories in competitive measure.

Los conflictos geopolíticos (como el enfrentamiento entre China y los Estados Unidos) o la guerra de las plataformas se expresan en este nivel, un plano donde el poder de los estados nacionales se yuxtapone y entra en ruta de choque con la lógica de las plataformas. Por otra parte, según Bratton los estados se están transformando en «cloud platforms», lo cual extiende y complica los posicionamientos de la soberanía jurídica e infraestructural.

City

Bratton nunca pierde de vista los procesos evolutivos:

Humans, as a species, have physically evolved very little in the last hundred thousand years, and barely at all since the appearance of writing. Our bodies’ own sensory media are the same as those that allowed our ancestors to survive the predatory rhythms of the primal savanna, and in the City‘s landscapes of information production and reception, similar rhythms persist, now triangulated with new remote communication channels and various forms of augmented cognition.

El Homo sapiens es una especie urbana que está haciendo de las megalópolis su hábitat natural. Según Bratton la ciudad es igual al mundo, y el mundo se presenta como una cuadrícula urbana. Si la carretera hace que seamos todos conductores, este nivel nos convierte en habitantes de un territorio urbano compuesto, ciudadanos y ciudadanas ya no de una city específica sino de una red global de infraestructuras interconectadas: The City .

Address

A medida que el análisis va dejando atrás la dimensión macro de las grandes entidades (plataformas en la nube, megalópolis smartizadas, etc.), se acerca a unidades más pequeñas y cercanas. En este nivel se ubican los sistemas de direccionamiento universal (como el IPv6) que convierten a cada objeto o sujeto en un punto de conexión de la Internet of Things. El nivel Address no es solo un plano donde se sitúan las cosas; es también un medio de comunicación entre ellas:

Things can send and receive information to and from one another because they are positioned on this common plane, and so planetary-scale computation is made ubiquitous not just at the macrolevel of the Cloud but also at the microlevel of the humble object, whatever its name or career.

Un Bratton muy inspirado por Michel Foucault y Michel Serres sostiene que la capacidad de asignar direcciones es fundamental para cualquier sistema geopolítico:

it is essential for any political-geographical regime to be able to identify the individual sites, fields, instances, and actors within its jurisdictional field, such that any of these would be able to send and receive messages from the others as part of a regular and governable flow of information through space.

En este nivel los objetos materiales se vinculan con la información, adquieren una identificación que les permite situarse en el Stack y entablar relaciones con otros objetos.

Interface

Bratton entiende a la Interface como un nivel perceptivo, cinemático y semiótico programable que media entre los Users y los otros niveles.

Users can use and be used by The Stack only to the extent that they are provided the Interfaces that make the Earth, Cloud, City, and Address layers available and sensible for them.

En esta parte del libro Bratton mapea la evolución de las interfaces de usuario, desde las interfaces mecánicas hasta las semiolingüísticas, hápticas y gestuales, para terminar con las interfaces de realidad aumentada. A lo largo de este recorrido Bratton dialoga con Charles S. Peirce:

Instead of manipulating objects as tools, we have learned to manipulate signs that have the same technical effects of tools. A general conversion is at work in this transference of interfacial knowledge from things to signs for things, from objects to icons.

Bratton se pregunta si, después de reproducir los objetos del mundo material en las pantallas (botones, palancas, papeleras, carpetas y más botones), no estamos asistiendo al proceso inverso: 

Physical objects are increasingly imbued with the interfacial intelligences of computational media (storage, calculation, and transmission). This suggests a reversal of the earlier shift from natural interfacial objects to virtual interfacial signs, and now back again to computationally intensive interfacial objects. 

User

Si alguien piensa que este es el nivel donde se «dirige» el Stack, mejor que abandone todas sus esperanzas al atravesar sus puertas: 

The User layer of The Stack is not where the rest of the layers are mastered by some sovereign consciousness; it is merely where their effects are coherently personified.

Según Bratton este nivel es culturalmente el más complejo de todos. Con un ojo puesto en el principio de simetría de Bruno Latour,  Bratton considera a los actores humanos y no humanos como parte del mismo entramado:

Human and nonhuman Users are positioned by The Stack (perhaps rudely) as comparable and even interchangeable through a wide-ranging and omnivorous quantification of their behaviors and effects.

Al ir más allá del usuario humano, Bratton abre la puerta a otras entidades, entre ellas una que tanto nos obsesiona en estos días: la inteligencia artificial

The development of the User is also driven by the ability of artificial intelligences, simple ones and complex ones, to enter the User position and engage The Stack directly. They do this on the direct behalf of a human User, and they do this with or without human supervision.

Con esta referencia a la IA cerramos esta brevísima y sin dudas superficial visita a la diferentes plantas que componen el edificio del Stack. Como Bratton no se cansa de repetir una y otra vez, se trata de un modelo donde cada nivel mantiene relaciones con los demás

The Stack (…) is a vast software/hardware formation, a proto-megastructure built of crisscrossed oceans, layered concrete and fiber optics, urban metal and fleshy fingers, abstract identities and the fortified skins of oversubscribed national sovereignty. It is a machine literally circumscribing the planet (…) This aggregate machine becomes a systematic technology according to the properties and limitations of that very spatial order. The layers of The Stack, some continental in scale and others microscopic, work in specific relation to the layer above and below it

Pensar en stack

Me gusta de Jeremy Bratton su forma de pensar más allá de las oposiciones tradicionales (por ejemplo, la oposición entre utópicos y distópicos) y su permanente deseo de convertir los conceptos teóricos en programas de acción:

The thesis of this book holds that the official utopia and the official dystopia are not particularly useful frames of reference, and that neither provide a robust and intelligent program for art, design, economics, or engineering. In fact, the messianic effervescence of the former and the apocalyptic panic of the latter are part of the problem.

También su apuesta por la simetría de actores me entusiasma mucho, ya que lo acerca a los planteos teóricos latourianos que también alimentan mis Leyes de la Interfaz. En un momento parecería que Bratton quisiera ir más allá de la clásica interfaz de usuario

We need to think of interfaces not only in terms of the GUI (as “buttons with words on them”) but as a more generic structuring of links and boundaries within a given form or field. An interface is any point of contact between two complex systems that governs the conditions of exchange between those systems.

Sin embargo, al poner a la Interface como un nivel de una entidad mayor que él denomina The Stack, no termina de llevar hasta sus últimas consecuencias ese planteo. Dicho en otras palabras: lo que yo entiendo por «interfaz» está mucho más cerca del Stack de Bratton que de su nivel Interface.

Hay una cosa que me cruje un poco de todo este andamiaje teórico construido por Bratton: ¿Por qué trabajar con un modelo analítico hojaldrado formado por varias capas o niveles? Por más que en cada página se insista en la necesidad de no pensarlos como niveles autónomos, los layers de Bratton siempre corren el riesgo de terminar «determinando» a otro nivel. En ese contexto: ¿por qué no apostar por un modelo reticular? Me remito a mi reciente entrada doble («La evolución es una red») de hace un par de semanas y a mi libro Las Leyes de la Interfaz a modo de respuesta.

Más allá de estas piruetas teóricas, es indudable que el libro de Benjamin Bratton es una obra presenta miles de reflejos, líneas de fuga y disparadores intelectuales que excitarán a quienes tratan de pensar en términos de hibridación, complejidad e interdisciplinariedad. Dado quela editorial argentina Adriana Hidalgo tiene previsto publicar la edición en castellano de The Stack, no estaría mal que otros lectores y lectoras se sumen a esta conversación.

Bonus tracks

 

5 Comments

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  1. Tenés que leer Escritura-No Creativa de Kenneth Goldsmith, publicado por Caja Negra. No es la escritura que enseña Jordi. Se refiere a interfaces, ecología y el lenguaje detrás de la pantalla. Muy interesante.

  2. Lo leí en una edición anterior, es excelente.

  3. Este artículo dispara un deja vú en mí, porque el proceso inverso es permanente y automático y siempre termina reflejado en la mente humana como simbología más allá de sus representaciones entramadas en ese mundo hojaldrado (muy buena analogía:) de Bratton.

    Un placer el artículo.

  4. Me encantó tu artículo, estoy trabajando muy de cerca en Inteligencia Artificial, al principio por inhercia, ahora como algo más artístico y filosófico, me apasiona desarrollar y construir cosas, estaré leyendo más de ti, muchas gracias.

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