Apocalípticos e integrados. El retorno.

Desde hace un buen tiempo Umberto Eco -el «inventor» de la célebre oposición entre apocalípticos e integrados en 1964- viene insistiendo en la gran cantidad de información que genera la red digital (y, por lo tanto, la necesidad de filtrar sus contenidos) y la supremacía del libro impreso como soporte de la escritura. Hace unos días dejó caer una frase que circuló mucho por Twitter: «El exceso de información provoca amnesia«. Qué quieren que les diga, no me convence… Hace 25 siglos Platón sostenía ideas similares sobre los peligros de la escritura. Si bien el semiótico italiano por excelencia realizó aportes fundamentales para comprender la nueva sociedad digitalizada -ver mi artículo Digital Eco_Logy: Umberto Eco and a semiotic approach to digital communication publicado en Information, Communication and Society, Vol. 12(1) en el 2009- creo que sus actuales reflexiones nos están llevando a un terreno que contradice la visión de los medios que siempre impulsó este brillante intelectual.

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Cultura de masas

Apocalittici e integrati (Bompiani 1964) fue uno de los grandes bestsellers de las ciencias sociales de la segunda mitad del siglo XX. Lo resumo en pocas palabras:

Según los apocalípticos la cultura de masas…

  • mata la originalidad creando un gusto medio
  • genera homologación
  • manipula a sus públicos de forma inconsciente
  • provoca emociones pre construídas
  • está dominada por las leyes del mercado
  • promueve un pensamiento superficial hecho de slogans publicitarios
  • promueve la información en desmedro de la historia
  • es chismosa
  • defiende una visión acrítica y pasiva del mundo
  • crea mitos y estereotipos
  • es paternalista
  • degrada la Cultura y el Arte

Según los integrados la cultura de masas…

  • no puede ser reducida a un fenómenos capitalista ya que también encarna expresiones populares
  • permite el acceso a la cultura a categorías sociales antes excluidas
  • puede servir como agente de formación a pesar de la abundancia de información.
  • satisface las necesidades de entretenimiento
  • permite la difusión a bajo coste de obras culturales
  • sensibilizan a las audiencias en relación al mundo, abriendo nuevos escenarios.

La genial jugada de Umberto Eco consistió en ir más allá de estos maniqueísmos, desplegando una mirada crítica que supo reivindicar los aspectos positivos de la cultura de masas. La industria cultural, para Eco, no es un problema: sí lo es el consumismo o la interpretación superficial y conformistas de los contenidos que provienen, por ejemplo, de la televisión. Pocos años después Eco promovió la guerrilla semiótica, o sea la activación de procesos responsables y críticos de interpretación de los mensajes mediáticos.

IMG_6804CL UMBERTO ECOEl nombre de lo digital

Medio siglo más tarde la palabra de Umberto Eco sigue dando que hablar. En una entrevista publicada en el 2011 en la revista Epoca (Brasil) Eco desgranó sus ideas sobre la infoxicación promovida por la web:

Internet no selecciona la información. Hay de todo por ahí. La Wikipedia presta un antiservicio al internauta. El otro día publicaron algunos chismes sobre mí y no me quedó más remedio que intervenir y corregir varios errores y absurdos. Internet todavía es un mundo salvaje y peligroso. Todo surge ahí sin jerarquía. La inmensa cantidad de cosas que circulan por la Red es mucho peor que la falta de información. El exceso de información provoca la amnesia. Demasiada información hace mal. Cuando no recordamos lo que aprendemos, acabamos pareciéndonos a los animales. Conocer es cortar y seleccionar (….)  Internet es un peligro para el ignorante porque no filtra nada. Solo es buena para quien ya conoce y sabe dónde está el conocimiento. A largo plazo, el resultado pedagógico será dramático. Veremos multitudes de ignorantes usando Internet para las estupideces más diversas: juegos, conversaciones banales y búsqueda de noticias irrelevantes.(…) Sería necesario crear una teoría sobre el filtraje de la información. Una disciplina que fuera práctica, basada en la experimentación cotidiana con Internet. Ahí queda una sugerencia para las universidades: elaborar una teoría y una herramienta del filtro que funcione por el bien del conocimiento. Conocer es filtrar.

En la misma entrevista Umberto Eco defendió una vez más al libro impreso:

Soy coleccionista de libros. Defendí la supervivencia del libro junto con Jean-Claude Carrière en el volumen Nadie acabará con los libros. Lo escribimos por motivos estéticos y gnoseológicos [relativos al conocimiento]. El libro sigue siendo el medio ideal para aprender. No necesita electricidad y puedes subrayar todo lo que te parezca. Considerábamos imposible leer textos en el monitor de un ordenador. Pero de eso hace ya unos dos años… En mi último viaje por Estados Unidos tenía que llevar conmigo 20 libros y mi brazo no estaba para muchos trotes. Por eso acabé por comprarme un iPad. Fue útil para transportar tantos volúmenes. Empecé a leer con el aparato ese y no me pareció tan malo. De hecho, me encantó. Así que ahora leo mucho con el iPad, ¿se lo puede creer? Pues sí. Incluso así, creo que las tabletas y los e-books sirven más como auxiliares de lectura. Son más prácticos para el entretenimiento que para el estudio. Me gusta subrayar y escribir notas, interferir en las páginas de un libro. Eso todavía no es posible con una tableta.

Ambos planteos, lo repito, no son nuevos: ya en la década del 1990 Eco anunciaba la necesidad de poner orden en la web; respecto a la centralidad del libro como dispositivo del conocimiento, es un tema que acompaña a Eco al menos desde la publicación de El Nombre de la Rosa en 1980 (ver mi capítulo Mientras miro las viejas hojas. Una mirada semiótica sobre la muerte del libro en Carlón M. y Scolari, C.A. El fin de los medios masivos, 2009). Desde mi punto de vista creo que ambos planteos quedan fuera de sintonía a medida que pasan los años. Dos breves apuntes:

– Ahí donde Umberto Eco reivindica la necesidad de orden otros apuestan por el desorden o las formas bottom-up de jerarquización/organización de la información como el tagging que surge de los mismos usuarios. Si les interesa este tema no dejen de leer Everything is Miscellaneous de David Weinberger (2007).

– Es innegable que la digitalización de los textos avanza en todos los sectores; eso no implica la desaparición del libro impreso pero obliga a buscar un nuevo lugar para los viejos soportes de la escritura dentro de la ecología de medios. El argumento preferido de Eco para defender al libro -«es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se ha inventado no se puede hacer nada mejor»- no me parece muy sólido. Un escriba egipcio seguramente pensaba lo mismo del rollo de papiro.

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Mis Ecos

Me gusta el Umberto Eco que motiva a los estudiantes en sus conferencias ….

Di qualsiasi cosa i mass media si stanno occupando oggi, l’università se ne è occupata venti anni fa e quello di cui si occupa oggi l’università sarà riportato dai mass media tra vent’anni. Frequentare bene l’università vuol dire avere vent’anni di vantaggio. È la stessa ragione per cui saper leggere allunga la vita. Chi non legge ha solo la sua vita, che, vi assicuro, è pochissimo. Invece noi quando moriremo ci ricorderemo di aver attraversato il Rubicone con Cesare, di aver combattuto a Waterloo con Napoleone, di aver viaggiato con Gulliver e incontrato nani e giganti. Un piccolo compenso per la mancanza di immortalità. Auguri. (dal discorso alle matricole di Scienze della Comunicazione a Bologna, settembre 2009)

O el que defiende el programa Erasmus desde sus artículos periodísticos…

Ho sempre sostenuto che il progetto Erasmus ha non solo valore intellettuale, ma anche sessuale, o se volete genetico. Mi è capitato di conoscere molti studenti e studentesse che, dopo un certo periodo trascorso all’estero, si sono sposati con una studentessa o uno studente locale. Se la tendenza s’intensifica, visto che poi nascerebbero figli bilingui, in una trentina d’anni potremmo avere una classe dirigente europea almeno bilingue. E non sarebbe poco. (da C’è un’identità europea?, La bustina di Minerva, L’espresso, n. 40, 2003).

Respecto a sus novelas, algunas de ellas -como El Nombre de la Rosa o Baudolino– me parecen excelentes. Y nada que objetar a sus brillantes e imprescindibles aportaciones teórico-metodológicas en el campo de la semiótica, las teorías de la comunicación y la filosofía del lenguaje: son parte de nuestra mochila intelectual y las llevamos a todos lados sin sentir su peso. Sin embargo la manera en que Eco se acerca al fenómeno de las redes digitales y los nuevos dispositivos de comunicación me parecen a contrapelo de su propia historia. Si en los años 1960 su mirada del new media televisivo superó el conflicto entre apocalípticos e integrados, sus reflexiones sobre lo digital me parecen demasiado impregnadas de apocalipticismo. Esta mirada negativa también reaparece en algunas entrevistas donde aborda cuestiones políticas y expresa su desconfianza de las modernas democracias de masas (ver la entrevista de Eliseo Verón a Eco publicada en el libro Transformações da Midiatização Presidencial – corpos, relatos, negociações, resistencias, Difusâo Editora, 2011).

El retorno (¿y nuevas hibridaciones?)

Eco es consciente de la reaparición de la tensión entre apocalípticos e integrados en versión digital aunque ha detectado diferencias respecto a la década del 1960. En una entrevista publicada por El País en el 2010 abordó el tema de forma directa:

PERIODISTA: ¿Y no le parece que ahora estamos en una fase igual, de ‘Apocalípticos e integrados’? Un corte entre quienes defienden los valores perdidos y deploran el presente como una degeneración cultural y moral.

ECO: Sí, eso mismo era un debate típico de aquella época en la que los filósofos, los intelectuales, todavía no conseguían comprender el mundo tecnológico de la comunicación, así que existía esta división entre los que hacían comunicación de masas y, digamos, los aristócratas intelectuales, que no la entendían. Pero hoy es distinto, porque los más aristócratas de los intelectuales entienden perfectamente estos problemas, usan Internet…. Es, en todo caso, no una crítica desde fuera, sino desde dentro, de intelectuales que usan medios de masas, ven la televisión, usan el ordenador y pueden a la vez criticarlo. Así que me resultaría muy difícil decir hoy: «Usted es apocalíptico o usted es integrado».

PERIODISTA: Pero esa queja de que ya la gente no se relaciona personalmente debido a la omnipresencia de Internet….

ECO: Esa es la crítica que hacemos todos. Pero antes los apocalípticos eran los que criticaban y rechazaban. Hoy son los que critican, pero a la vez usan estas cosas, así que es un discurso interno: yo soy muy crítico con Wikipedia, porque contiene noticias falsas. Las hay también sobre mí, falsas y no falsas, pero utilizo Wikipedia, porque si no, no podría trabajar. Mientras escribo, por ejemplo, Tirso de Molina y no me acuerdo de cuándo nació, voy a Wikipedia y lo miro, en cambio antes tenía que coger la enciclopedia y tardaba media hora. Antes los apocalípticos no usaban estas cosas: escribían a mano con la pluma de ganso.

Como podemos ver el panorama es mucho más complejo que hace medio siglo, cuando la televisión era el new media emergenteHoy encontramos muchas más especies mediáticas en la ecología de la comunicación, nuevas formas de acceder a los contenidos e innovadoras prácticas a cargo de los consumidores. Las viejas oposiciones no son suficientes para encuadrar los diferentes enunciadores que ponen en discurso a lo mediático-digital. Al mismo tiempo asistimos a nuevas tomas de posición y observamos que algunos investigadores como Sherry Turkle y, en menor medida, Umberto Eco, están adoptando una visión que comienza a ir más allá de la necesaria y saludable crítica para acercarse a las costas del apocalipticismo.

Cierro este post con una pregunta inspirada por las últimas reflexiones de Eco: ¿Está naciendo una nueva figura híbrida, el «apocalíptico-integrado», un intelectual que reniega de ciertas tecnologías y deplora sus efectos pero, al mismo tiempo, las utiliza todos los días?

Bonus tracks

7 Comments

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  1. Propongo una nueva semi-categoría (quizás así el cuadrado semiótico permite una articulación completa del argumento): están el apocalíptico que no cree en las nuevas tecnologías porque están pervirtiendo la razón, está el integrado que las asume acríticamente, está el crítico-apocalíptico que las utiliza criticando desde la nostalgia… pero qué pasa con la crítica «al control»? forma parte de los argumentos nostálgicos por una razón de libro? forma parte de una integración acrítica a los circuitos integrados? Forma parte del argumento del que utiliza (a lo platón) la tecnología quejándose de lo que produce? (todos estos son del crítico apocalíptico)… Si cupiera esta cuarta… ay! el que discute críticamente el escenario de represión contra Swarz o contra Assange, pero el que discute contra Lessig, el que se queja que cerraran #occupy por una asociación entre el FBI y Facebook… es alguno de los anteriores? o podríamos llamarlo el integrado-crítico? Qué cómodos nos sentiríamos unos cuantos!

    Saludos (gracias por el post!)

  2. Interesantes reflexiones. Yo también tengo la sensación de que varios intelectuales (por no hablar de la industria) no terminan de entender las transformaciones; es más, diría que hay cierta resistencia a aceptarlas en su complejidad. También me llamó la atención esta «actitud» de Eco, teniendo en cuenta su larga e interesante trayectoria. A lo mejor la televisión y el cómic le resultaban interesantes (y hasta «tolerables»), porque aunque fueran «poco cultos», estaban sometidos al proceso de edición de aquel «que sabe» (incluso sobre cultura popular). Creo que el flujo y la pluralidad de voces —que, estamos de acuerdo, no tienen ni la misma fuerza ni la misma validez, pero no es la primera vez que esto sucede, aunque sí seguramente con este nivel de exposición e intercambio— pone incómodos a muchos, que no terminar de ver cómo entender y explicar este fenómeno, que además configura un mundo distinto, sobre todo en el ámbito de la comunicación.
    Y en este sentido, es muy interesante ver cómo se construye la «credibilidad» en Internet: no hay uno que sabe, ahora son muchos, que observan y premian o castigan. Estamos en pañales, pero creo que hay una nueva forma de validación y «curación/selección» de contenidos, tanto por el participante/usuario medio como por iniciativas interesantísimas (como el Curator’s code de María Popova y su Brainpickings.org, http://www.brainpickings.org/index.php/2012/03/09/curators-code/), que intentan plantear un camino para una selección (con criterios más amplios que los tradicionales) para econtrar lo que realmente vale la pena en el mar de información de la red.

  3. Los reparos de Eco sobre las dificultades que presenta el «exceso de información» vienen de larga data. En un texto publicado en 1993 (‘Rápida Utopía’ – http://doutorsmith.blogspot.com.ar/2005/09/umberto-eco-rpida-utopia.html) escribió: «El costo de la aceleración de los descubrimientos es la hiperespecialización. Estamos en vías de vivir la tragedia de los saberes separados: cuanto más los separamos, tanto más fácil es someter la ciencia a los cálculos del poder […] El exceso de informaciones simultáneas provenientes de todos los puntos del planeta, produce hábito. Y nos arriesgamos a confundir la actualidad con la diversión». Además de advertir sobre el volumen de información también se mostraba preocupado por su velocidad de circulación, la que ligaba a una dinámica de descubrimiento-indignación-olvido.

  4. En efecto, desde hace dos décadas Eco insiste con la cuestión de la «infoxicación» (un concepto de ALfons Cornella). En el 1998 habló en el congreso de la Asociación Italiana de Semiótica: en ese momento reconoció la hiperespecialización de la semiótica -las llamadas por Eco «semióticas aplicadas»- pero en ningún momento lo vio como algo negativo. Obviamente son dos fenómenos apenas similares pero con características comunes. La hiperespecialización científica, por otra parte, existió siempre en los países anglosajones, aún antes de la web…

  5. Reblogueó esto en comm-bitsy comentado:
    Buscando más información sobre los apocalípticos e integrados he dado con esta entrada. Os recomiendo especialmente la entrevista con el Sr.Eco y su opinión sobre internet y los libros electrónicos. No tiene desperdicio.

  6. Hola a todos:
    Mi nombre es Tamara Aranda soy profesora de física.
    creo que hay que aprender a manejar los medios digitales de manera que nos beneficie. Hoy en día se ve un mal uso de la redes e información .

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