Desfasados: las formas de conocimiento que estamos perdiendo, recuperando y ganando.

Este post es una síntesis de un artículo que recientemente me publicaron en la revista Versión, la publicación científica de la Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Xochimilco (México). En ese número dedicado a las «Escrituras Nómadas» (coordinado por Silvia Tabachnik) incluyeron mi artículo Desfasados: las formas de conocimiento que estamos perdiendo, recuperando y ganando el cual se puede descargar en formato PDF.

El artículo propone una reflexión sobre las formas de conocimiento que la humanidad ha adoptado a lo largo de su evolución, con especial énfasis en el paso de la oralidad a la escritura y en la llegada de nuevas textualidades interactivas y multimedia. El origen de este texto proviene de una serie de charlas informales con Alejandro Piscitelli allá lejos y hace tiempo…

Como nos enseña la semiótica, los textos dialogan entre sí. El artículo publicado en Versión propone una conversación a tres puntas entre Raffaele Simone, André Leroi-Gourhan y Alejandro Piscitelli. Simone, en su libro La Terza Fase. Forme di sapere che stiamo perdendo traza un panorama bastante desolador sobre la evolución de nuestras formas de producir, distribuir y consumir el conocimiento. Si la Primera Fase estaba basada en la oralidad, y la Segunda estuvo marcada por la escritura y el libro, según Simone la Tercera Fase viene de la mano de las pantallas y los contenidos audiovisuales:

“Se ha producido un drástico cambio cuantitativo: hoy día, la cantidad de cosas que sabemos porque las hemos leído en alguna parte es mucho menor que hace treinta años… Los tipos de conocimientos que circulan en la actualidad, en la Tercera Fase, están menos articulados y son menos sutiles, y es más, hasta pueden prescindir de su apoyo en formulaciones verbales»

Al igual que su connacional Giovanni «Homo Videns» Sartori, Simone sostiene que las grandes transformaciones tecnocognitivas comenzaron antes de la llegada de la World Wide Web, con la difusión de los medios audiovisuales, los cuales generaron una “revancha evolutiva” y llevaron a un retroceso hacia la visión no alfabética y la inteligencia simultánea. En breve: según Simpone la televisión, siempre la maldita televisión, se encuentra detrás de las grandes desgracias del Homo Sapiens… y después vino la red y empeoró todo.

Para equilibrar las voces y contrabalancear la postura de Simone, en el texto llamo en causa a  André Leroi-Gourhan, el destacado etnólogo, arqueólogo e historiador francés que reinvindicó los lenguajes icónicos. A contrapelo de la historia oficial de su época, que veía en las pinturas rupestres una representación ingenua de lo real, Leroi-Gourhan sostenía que los signos gráficos aparecidos hace 35.000 años eran algo más que una expresión “servil y fotográfica de lo real”. Lo que al principio se expresaba en un lenguaje vocal y en la mímica (el gesto) se convirtió en el paleolítico superior en representación (lenguaje mitográfico según Leroi-Gourhan) y, muchos milenios más adelante, en el lenguaje escrito (la palabra). En otras palabras: Leroi-Gourhan se niega a considerar al pensamiento mitológico anterior a la escritura como “prelógico”. La escritura marginó hace un puñado de milenios esos modos de representación y de pensamiento no secuenciales, los cuales sobrevivieron y hoy reaparecen con toda su fuerza en las textualidades multimedia e interactivas.

Volviendo a Simone, su libro se encuadra dentro de las que llamo «producciones de retroguardia», obras incapaces de aprehender la complejidad de lo contemporáneo que prefieren refugiarse en el pasado que conocen. En esto Simone está en buena compañía, por ejemplo cuando Theodor Adorno criticaba a la música jazz hace casi un siglo. Simone, un brillante intelectual anclado en las formas escriturales, no tiene cuenta la complejidad de las actuales narrativas audiovisuales e interactivas, por ejemplo las series televisivas con decenas de personajes e historias superpuestas o las tramas de algunos videojuegos que exigen un trabajo interpretativo incesante a sus usuarios.

¿Y Piscitelli? Se suma al debate con estas palabras:

“Lo intuimos repetidas veces. Debe existir entre el libro y la imagen algo más que una lucha a muerte. Porque se nos ocurrió más de una vez que la maravillosa Blade Runner (1982) de Ridley Scott era mucho más actual que las elucubraciones de Inmanuel Kant. Y aunque no teníamos demasiados elementos para defender racionalmente esta intuición había algo que nos impulsaba a profundizar ese extraño maridaje bizarro entre cine y filosofía”

El poder y fascinación de la escritura han llevado a una desvalorización de lo figurativo, al destierro de ese lenguaje mitográfico del cual nos hablaba Leroi-Gourhan. En el actual desfase cultural-cognitivo el libro pierde su centralidad, las pantallas se multiplican, la escritura se recombina con las imágenes y la linealidad del surco alfabético estalla en nuevas estructuras textuales reticulares y multimedia.

Simone presenta las transformaciones de la Tercera Fase como un retorno al pasado, una revancha de las culturales orales pre-alfabéticas respecto a la civilización de la escritura. Si bien es cierto que algunas competencias se pierden o reducen con el cambio, también se ganan otras (en el artículo presento una breve reseña de ellas). Por cada competencia cognitiva que narcotizamos (por no usarla), hay otra que se excita y comienza a funcionar.

Hasta aquí la síntesis. Los invito a leer el artículo completo en formato PDF.

5 Comments

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  1. ¿La emancipación de los medios es primero que la necesidad del usuario por acceder a su información?

    Es la pregunta, (conclusiòn( que me surge despues de leer el post. Algunas voces dicen que hoy las generacines son más audiovisuales, que el aprendizaje se captura mejor con tecnología multimedia. Es la evolución de la comunicación, donde debemos tener cuidado con no comprometer la calidad de la información.

    Saludos

  2. Interesante reflexión. No puedo dejar dejar de remarcar el llamativo olvido que hace A.P cuando omite el origen literario de Blade Runner. Basta mirar la filmografía posterior de Ridley Scott para entender la importancia de la novela de Phillip K. Dick en la profundidad filosófica que AP destaca, con acierto, en el mencionado film.

  3. Carlos, el link para bajar el pdf lleva a otro lado, puede ser que hayan borrado el archivo?
    Saludos!

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