El derecho a narrar.

Autor invitado: Julito Alonso

Julito Alonso (@julitoalonso) es uno de los más activos e inquietos representantes de la nueva generación de comunicadores latinoamericanos. Si hace seis años nos sorprendió con su estudio de los autores que se leían en las carreras de Comunicación (que me sirvió de inspiración para el post ¿Bibliografía del oprimido? Hacia una crítica de la razón bibliográfica),  hoy es habitual encontrarlo en proyectos de visualización de datos o innovación educativa.

Hace dos semanas me encontré con una breve entrevista a Rita Segato, en el programa televisivo #BrotesVerdes de Alejandro Bercovich, en la cual la antropóloga hizo honor al proverbio que si bueno y breve, entonces dos veces bueno, realizando un planteo en relación a la multiplicidad de discursos circundantes que intentan capturar la narrativa sobre lo producido por el COVID-19 en la sociedad.

Su referencia teórica de partida es el texto de Edward Said Permission to narrate (2000), porque el interrogante ante el cual nos encontramos es quién o quiénes se declaran con el derecho a narrar esta pandemia y las consecuencias sociales que esto presupone. Para Segato “el virus es un evento natural donde proyectamos nuestros intereses”.

Las cinco narrativas de mayor importancia que están en constante disputa se reducen a:

  • Jaque mate al capitalismo;
  • El uso del virus como genocidio de los sobrantes;
  • Experimento y control social (específico China);
  • La pedagogía fascista sobre quién es el enemigo (el infectado);
  • La caída de la creencia sobre la supremacía humana (la Tierra no es nuestra).

Lamentablemente Segato solo pudo mencionarlas, dado que el tiempo en la TV es tirano aún en contexto de pandemia, y por esa razón en esta entrada buscaremos ampliarlas.

1. Jaque mate al capitalismo

“Otro más y van…” tuiteaba quien preside esta web en relación a la larga fila de intelectuales, artistas y políticos que rápidamente salieron a anunciar que este sistema sociopolítico de producción económica había tocado techo (o fondo). Como bien comenta Pablo Rodríguez, en una nota de P/12, la pronunciaciones apresuradas son la marca de hacer saber al público lector que a ellos no se les escapó la tortuga.

Así nos llegó por WhatsApp la compilación de Pablo Amado denominada Sopa de Wuhan, o el mismo Evgeny Morozov hace una semana nos contaba del crecimiento constante en su repositorio con publicaciones sobre el coronavirus: de las 4.000 notas que alberga, 415 hablan de la crisis del capitalismo .

Sin embargo, y a la velocidad en que Slavoj Žižek o Giorgio Agamben escriben un libro, así de rápido llegaron las desacreditaciones o críticas de otros colegas, incluso del mismo COVID-19 que continúa día a día con su narración en los partes médicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Mi único sentir a esta altura es que cuando hablan del final del capitalismo, siento que se refieren al final de temporada. La nueva producción debe estar en camino.

2. Genocidio de los sobrantes

Hans Rosling (1948-2017) es una de esas personas que deseas que estuvieran aún entre nosotros para aconsejar sobre como manejar esta crisis sanitaria. En su libro Factfulness indica que los humanos estamos expuestos a ciertos instintos dramáticos que nos hacen ver la realidad de forma distorsionada. Uno de ellos es la de acusar o señalar al culpable antes de entender el sistema que hizo este problema posible.

En este caso, luego de escuchar los requerimientos de la OMS sobre el cuidado a la población de riesgo (adultos mayores y personas con afecciones respiratorias) porque niños, jóvenes y adultos podían “soportar” el ataque de este virus, los discursos de algunos líderes globales iban en dirección dramáticamente opuesta.

El desfile de anuncios se organizó en torno a no dejar caer la economía y “dejar morir a los viejos” (Gobernador de Texas, USA). El mismo Donald Trump anunció que no “apagaría el país” por una enfermedad que no se compara a la gripe común. De todas formas, y en forma irónica, el caso que será recordado será el del PM Boris Johnson quién recomendó la “inmunidad del rebaño” y recién acaba de ser dado de alta luego de estar en terapia intensiva infectado de COVID-19.

3. Un experimento de control social

La única narrativa compartida a nivel global por casi toda la población es la del confinamiento y/o aislamiento obligatorio, o su versión vía test masivos y trazabilidad en torno a la posible infección. Cada país busca el formato adecuado para combatir el virus, pero la base sobre la cual todos acuerdan que deben partir es la posibilidad de controlar el movimiento de los ciudadanos.

En su nota del diario Perfil Guerra Mundial V, Carlos A. Scolari aclara que el control social debe sostenerse en una red discursiva que lo justifique, y en esta caso la ficción mundial en la que todos somos protagonistas presenta varias sub tramas: se nos propone un encierro heroico en nuestros hogares en apoyo al posible desborde del sistema sanitario (ya ocurrido en varios lugares), nos relatan la cantidad de personas que han violado la cuarentena y ahora enfrentan causas penales, y estamos atentos a los anuncios de los empleos esenciales para saber si somos los próximos en salir. Como he escuchado decir varias veces, sabemos cómo entramos a esta cuarentena, deberíamos preguntarnos cuándo y cómo saldremos. La siguiente narrativa versa sobre ello.

4. Pedagogía fascista sobre quién es el enemigo

¿Cómo se enfrenta ser señalado como Otro, a veces de manera paternalista y en otras de manera violenta? (Said, 1998: 109). Las preguntas que se hace Edward Said en el texto fundacional de estas narrativas retumban en mi mente cada vez que leo en las redes sociales ejemplos de bromas de mal gusto o de acciones criminales sobre personas infectadas por el COVID-19.

Si prestan atención, la mayoría de las metáforas relacionadas al esparcimiento de esta enfermedad se dan en torno a la guerra. El «enemigo invisible» y la «lucha contra la pandemia e infodemia» son algunos de los ejemplos que se pueden encontrar en redes y webs de noticias. No es un dato menor atender qué y a quiénes se los señala en este contexto, dado que si estamos ante lo que se presenta como un guión narrativo perfecto donde hay enemigos, las justificaciones de ciertas acciones no tardarán en florecer.

5. Caída de la creencia en la supremacía humana

Ya lo dijo Bruno Latour en Cara a cara con el planeta (2017), la Tierra no es nuestra. Y el panorama que se nos abre es increíble en relación al cambio climático global y los efectos de los humanos sobre el planeta: caída en las emisiones de NO2 y CO2, las aguas limpias de Venecia, carpinchos paseando por barrios privados y algunas cabras descarriadas que violaron la cuarentena. Todas estas subnarrativas hacen eco de lo registrado en el documental Our Planet sobre como Chernobyl lentamente está recuperando su vida “natural”.

Pareciera que efectivamente debemos atravesar eventos catastróficos de tamaña magnitud para entender que nuestro paso por aquí es reciente, y en este sentido creo que la proliferación de memes de los muchachos del ataúd presente una vía de escape ancestral ante la angustia que este última narrativa nos presupone.

Entonces, ¿quién narra?

Será cuestión, como enunció Rita Segato, de pasar este momento y a la par encontrar que nuevas y viejas narrativas en disputa nos atraviesan. De forma tal que al finalizar (en algún momento) esta pandemia podamos encontrarnos nuevamente con todo lo que no pudimos ver durante este período y no tengamos que esperar a que algunos medios se ocupen una vez anunciada el fin de la pandemia por la OMS.

One Comment

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  1. Excelente post de Julito justo cuando acaba de morir Sepulveda, maestro de las narraciones!
    Creo que habria que incluir otra categoria en ese espacio, que es en realidad, un espacio de construccion de nuevas mitologias (la guerra bacteriologica, la supremacia humana, la biopolitica etc) y es la de Promiscuidad que lleva aparejada la cercania extrema, lo indeterminado, hasta lo indiferenciado.
    Porque el confinamiento y la circulacion alucinante de memes, mensajes, videos, wasup, programas, newsletter y demas plataformas e instrumentos de esta comunicacion post-humana, genera promiscuidad comunicativa. El anuncio «Este mensaje esta libre de virus» que aparece hoy en la pagina que me envia la newsletter de la EHESS me resulta por lo menos ambiguo: a que virus se refiere?

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