La lucha por la #NetNeutrality en 10 puntos

Como tantos otros temas, la neutralidad de la red «incendió» los medios esta semana sin que la mayoría de los lectores/televidentes/usuarios estuvieran mínimamente informados sobre la cuestión. He tratado de resumir el debate en 10 puntos para tener en claro lo que pasó pero, sobre todo, lo que se viene.

Y lo que viene no tiene buena pinta.

1. pay per view

Los medios, nunca nos cansaremos de repetirlo, no existen aislados sino que forman parte de un sistema complejo muy parecido a los ecosistemas naturales. La emergencia de una nueva especie mediática (la web o las redes sociales) modifica las condiciones generales de ese ecosistema y obliga a las viejas especies (la televisión, los diarios) a adaptarse si quieren sobrevivir. La llegada de la World Wide Web hizo que la televisión tuviera que cambiar su forma de ofrecer contenidos, pasando del modelo del broadcasting al networking.  Si antes los televidentes tenían que esperar una semana para ver un episodio de su serie preferida, en la televisión post-broadcasting pueden ver una temporada completa durante un fin de semana. En este contexto la televisión pasó de un modelo económico basado en la publicidad a otro que, sin renunciar al spot, incorpora cada vez más la suscripción a determinadas plataformas o contenidos.

2. open / close media

En los países democráticos estamos acostumbrados a entrar en la web y navegar libremente por diferentes sitios, visitar todo tipo de páginas y acceder a contenidos escritos, audiovisuales o interactivos. Ciertos  Estados, con la complicidad de algunas corporaciones, han limitado esta libertad de navegación pero, en general, tiende a prevalecer la libre circulación y el acceso casi ilimitado a los contenidos de la red digital.

Este modelo abierto y neutral se opone al de los medios de comunicación tradicionales donde, como vimos en el caso de la televisión, existe un acceso diversificado a los contenidos audiovisuales: en abierto (la televisión broadcasting de toda la vida), vía cable o satélite o a través de plataformas de contenidos bajo demanda vía Internet (como Netflix). El usuario, en función de sus necesidades y, sobre todo, de su disponibilidad económica, podrá acceder a determinados contenidos (por ejemplo los partidos de fútbol o los estrenos cinematográficos). Mientras más pague, más contenidos tendrá a disposición y serán de mejor calidad técnica.

La red, hasta ahora, se había mantenido en gran medida a distancia de este tipo de lógicas.

3. Net Neutrality

Según la Wikipedia

La neutralidad de la red es el principio según el cual los proveedores de servicios de Internet deben tratar todos los datos de la misma manera, sin discriminar ni cobrar de manera diferente por usuario, contenido, sitio web, plataforma, aplicación, tipo de equipo o forma de comunicación.  Por ejemplo, bajo estos principios los proveedores de servicios de internet no pueden bloquear, ralentizar o cobrar intencionalmente por sitios o contenidos en línea específicos.

4. TRUMP and the FCC

En 2015, durante la administración Obama, miles de activistas presionaron a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de los Estados Unidos para que adoptara una serie de reglas destinadas a garantizar la neutralidad de la red. La defensa de una Internet libre y abierta era consideraba fundamental para permitir a las personas compartir y acceder a la información sin interferencias.

El 14 de diciembre de 2017 la mayoría republicana de la FCC aprobó el plan de su presidente Ajit Pai para levantar las protecciones a la neutralidad de la red. Según este ex-abogado de Verizon designado por Donald Trump al frente de la FCC

“We are helping consumers and promoting competition (…) Broadband providers will have more incentive to build networks, especially to underserved areas.”

Muchos no lo piensan de ese modo. Miles de ciudadanos, legisladores, empresas y grupos de interés público no sólo de los Estados Unidos están en contra de abandonar el principio de neutralidad de la red y, en estas horas, se están haciendo escuchar precisamente ahí, en esas redes que el gobierno de Estados Unidos quiere limitar.

5. discrimination

¿Cómo se puede limitar la neutralidad de la red? A través de varios procedimientos. Uno de ellos es la discriminación a través del protocolo, por ejemplo cuando Comcast limitó a sus usuarios el acceso al sistema BitTorrent para la descarga de archivos peer-to-peer. Otra manera es la discriminación a través de la dirección IP; en este caso el operador puede limitar el acceso a ciertas webs (por ejemplo cuando en algunos países o instituciones no se puede acceder a YouTube o Facebook). También existe la discriminación económica: las operadoras pueden cobrar una cifra mayor por uso de su infraestructura (por ejemplo cuando Orange en Francia pactó con Google una compensación económica dado que YouTube y otros sitios de la empresa estadounidense ocupaban casi el 50% del tráfico) o, de la misma manera, privilegiar a ciertas empresas en lugar de otras acelerando el acceso de los usuarios a sus contenidos.

6. what’s next?

Sin las reglas que defendían la neutralidad de la red compañías de telecomunicaciones como AT&T, Comcast o Verizon  decidirán qué sitios web, contenidos y aplicaciones pueden ver o utilizar los usuarios. Estas empresas ahora podrán ralentizar los contenidos de sus competidores o incluso bloquear las opiniones políticas con las que no estén de acuerdo. Por otro lado, como vimos en el punto anterior, podrán cobrar tarifas adicionales a las empresas de contenidos que puedan permitírselas, relegando a todas las demás a un servicio más deficiente.

En pocas palabras: en este nuevo orden saldrán favorecidas las grandes corporaciones mientras que los actores más débiles o marginales corren el riesgo de quedar limitados a una red más lenta, pobre o incluso censurada. Infinidad de movimientos sociales y políticos, además de muchos actores económicos emergentes, podrán ver severamente recortadas sus posibilidades expresivas y radios de acción.

7. Pay per navigate

Los usuarios de la red también se verán afectados. Si bien ya existen formas diferenciadas de acceso (por ejemplo a través de la conectividad con banda ancha en fibra óptica) en este nuevo escenario la discriminación será aún mayor. Podríamos decir que el modelo de negocios de la televisión post-broadcasting (el pay per view) se instalará como nueva forma de monetización en los entornos digitales: ¿quieres tener acceso a una mayor cantidad de contenidos en línea? ¿Quieres ver vídeos en YouTube de alta definición? ¿Te interesa acceder a determinadas páginas web que no están disponibles a todos los internautas? Pues paga más a tu operador!

Las empresas proveedoras de conectividad como Comcast y AT&T en los Estados Unidos juran y rejuran que los usuarios no notarán cambios en su experiencia de navegación online…  pero no conviene hacerse ilusiones: poco a poco se agregarán servicios o contenidos «extra» que los usuarios deberán pagar si quieren acceder a ellos. Por ejemplo ahora mismo AT&T ofrece a sus clientes el streaming gratuito de DirecTV, una compañía que forma parte de su mismo grupo empresarial.

8. disruption

Estos cambios también pueden llegar a modificar radicalmente la creación de nuevas empresas, servicios, contenidos y modelos de negocio. Muchos se preguntan: ¿cómo surgirá la próxima tecnología o empresa disruptiva si los proveedores de servicios de Internet dejan que solo los grandes actores campen a sus anchas? ¿Cómo nacerá el próximo Google o Facebook? ¿Quién se pondrá las pilas para crear un nuevo Netflix?

La neutralidad de la red es crucial para las pequeñas empresas, los nuevos emprendimientos y la creación de infinidad de servicios (por ejemplos las aplicaciones para dispositivos móviles). Todos ellos dependen en gran medida de la red para promover sus negocios, conquistar nuevos mercados, hacer conocer sus productos/servicios y llegar a los clientes. Una red abierta y neutral favorece la creación de empleo y la innovación.

9. Media Ecology

Pero también algunos grandes actores del ecosistema mediático pueden ver peligrar su posición. Empresas como Netflix están en alerta porque de un día para otro podrán ver modificadas las condiciones económicas de uso de las infraestructuras para distribuir sus contenidos. Por ejemplo Verizon fue acusada este año ante la FCC por haber ralentizado el acceso a vídeos en Netflix y YouTube. La empresa se defendió diciendo que habían estado realizado unos «test» para «optimizar» la performance de sus vídeos. A partir de ahora cualquier proveedor de servicios podrá negociar con los creadores de contenidos sus condiciones de acceso al sistema de distribución, de la misma manera que lo harán con los usuarios.

Es muy posible que el nuevo modelo de acceso a los contenidos de la red termine asimilándose al de los contenidos televisivos post-broadcasting.  Los medios no existen aislados: se intercambian gramáticas, narrativas e interfaces dando lugar a experiencias mediáticas híbridas. Pero los medios también se intercambian e hibridan a nivel de modelos de funcionamiento y de negocio: si la red brindó a la vieja televisión una nueva forma de llevar los contenidos a sus televidentes (el modelo on-demand), ahora asistimos a un movimiento en sentido opuesto donde el modelo de la televisión premium entra de manera prepotente en el reino de las redes digitales.

10. The end of a dream?

Como sabemos, la innovación más radical siempre se genera en los márgenes del sistema, nunca en su conservador centro. La explosión de tecnologías, servicios y contenidos que hemos vivido en las últimas dos décadas es hija legítima de la apertura y neutralidad de la red. Las nuevas plataformas de producción y distribución de contenidos (Netflix, HBO, Amazon, Flipboard, Twitter, Facebook, Instagram. etc.) no nacieron como iniciativa de los viejos actores del ecosistema mediático sino que comenzaron como pequeños emprendimientos marginales que, progresivamente, se fueron acercando al centro de sus respectivos mercados. La neutralidad de la red hizo en gran medida posible ese proceso que hoy se ve en peligro por la presión de los grandes proveedores de banda ancha y la complicidad de un gobierno estadounidense poco interesado en la democracia, la participación, la innovación y la libertad.

Si bien ya se están organizado varias campañas (por ejemplo Battle for the net) para que el Congreso de los Estados Unidos intervenga a través de una «resolution of disapproval«, me temo que el peaje llegó a las autopistas de la información para quedarse.

Buen viaje y feliz 2018.

Bonus tracks
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